La Reminiscencia sí existe


(Fotografía: Torino 2022)

Yo me perdí, estuve fuera de mi por cierto tiempo y lastimé con mi actitud a una persona que quise mucho, que quise hasta mi eternidad. 

No me siento culpable, en aquel momento no sentía ese amor constante hacia mi misma. Me sentí insegura y eso ocasionó que parte de mi se perdiera en un ambiente hastío, dónde yo misma no quise salir y me acostumbré a sentirme mal, a creer que el mundo estaba en contra mía. Yo no era nihilista, (Quizá lo fui por uno o dos años en el 2012/13 cuando era más joven y solía leer con mucha frecuencia a Emil Cioran, cuándo curioseaba muchas creencias), pero algunas de esas ideas disipaban mi mente (quizá por medio año, que fue suficiente para que él se rindiera)

Pasaban las semanas y en medio de mis reflexiones, retomar la meditación (había dejado de hacerlo) retomar buenos hábitos, pude calmar ese ruido en mi mente, recuperé mi paz. 

En mi soledad me abracé. Agradecida, por todo lo bueno y malo que hubiese sucedido antes.

Me había curado, hasta volví a tener sueños lúcidos. Prometí no volver a perderme, a querer mi bienestar por sobre todo, a amar intensamente, a reír contigo de mi, no funciono como víctima, no es para mi.

También me he sentido cansada, me permito ello. Mi condición no es ser optimista, es algo más espiritual, que sigo descubriendo.


Alpi 22:42

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Divorcio

¿Qué es el amor?

Un deseo imposible